Inés Rosales

El pasado 25 de junio, nuestra Asociación de Guías Gastronómicos de Andalucía tuvo el privilegio de visitar la emblemática fábrica de Inés Rosales, pionera en la creación de un producto típicamente sevillano: las famosas tortas de aceite.

Al llegar, fuimos recibidos con los brazos abiertos. Nos contaron la fascinante historia familiar que da origen a esta delicia. Inés Rosales comenzó vendiendo sus tortas de casa en casa, un testimonio de perseverancia y dedicación que ha llevado a la empresa a convertirse en un referente de la gastronomía sevillana.

Durante la visita a las instalaciones, nos impresionó conocer de primera mano que las tortas de Inés Rosales se elaboran con aceite de oliva virgen extra, un ingrediente clave que les otorga su inconfundible sabor. La fábrica, ubicada en la localidad de Huevar del Aljarafe, emplea a 120 personas del municipio, promoviendo así la economía local.

Lo más sorprendente de todo fue descubrir que las tortas se hacen completamente a mano, en un proceso complejo pero rítmico que resultaba hipnótico a la vista. Nos contaron que cada torta tiene una forma única, y las mujeres que las elaboran son capaces de reconocer quién las hizo solo con ver su forma, un detalle que refleja la artesanía y el cariño puestos en cada pieza. 21 tortas por minuto parece ser el número mágico.

El aroma de las tortas, ya sea de romero y tomillo, de coco o azúcar, abría el apetito de cualquiera. La fábrica es un lugar donde se respira tradición y calidad, elementos que han llevado a Inés Rosales a traspasar fronteras y conquistar paladares tanto locales como internacionales.

Desde los humildes comienzos de Inés Rosales, vendiendo tortas de puerta en puerta, hasta su presencia en mercados internacionales, su legado no solo son un delicioso bocado, sino también una pieza de historia que hoy en día disfrutan tanto los locales como los turistas.

Fue una experiencia enriquecedora que nos permitió apreciar aún más el valor de los productos tradicionales y la importancia de preservar y compartir nuestra herencia culinaria con quienes nos visitan.